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De Ordóñez a ser compañero de Messi en el micro

Francisco González milita en las inferiores de Newell’s y con 18 años disfrutó de ser sparring de la Selección argentina en la Copa América en Brasil.

“Los jugadores son re buena onda todos, nos hicieron lugar, nos dan charla, la verdad estoy sorprendido por la humildad de todos. ¿Messi? Es un fenómeno, me tocó viajar a su lado en el colectivo yendo al entrenamiento. Me sacaba charla y todo”.

Con esas palabras que uno imagina casi a la altura de un “feliz cumpleaños” cuando le cantan a coro con los regalos en suspenso, el juvenil Francisco González, nacido en la localidad cordobesa de Ordóñez, narró algunas de sus experiencias tras formar parte del combinado de sparrings que practicó juntó a la Selección argentina en la Copa América Brasil 2019.

González, volante zurdo de Newell’s Old Boys, se hizo conocido en la práctica en Porto Alegre por sus remates de larga distancia y tiros libres, con una singular forma de ejecutarlos. “Messi me dijo que estuve bien, cuando nos fuimos a comer hablamos un momentito. No lo podía creer. Te tratan como si fueras uno más. Eso era un jueguito que teníamos con algunos compañeros, y bueno, estuvieron las cámaras y se dio todo así”, narró “Pancho”.

Y agregó: “Con Messi me tocó viajar a su lado en el micro en una práctica y le contaba de Newell’s, me preguntaba. Yo ya tengo su camiseta, aclaro”, confiesa con emoción González.

“Es una experiencia que disfruté de principio a fin, en todo sentido. Estoy a muerte con Messi con todo lo que dijo, en ese partido con Brasil todos vimos lo que pasó, yo quería que gane la Copa para callar un montón de bocas que hablan de más. Es muy humilde y es un grande a la vez”, contó.

“Con los demás cordobeses la convivencia fue bárbara, bah, con todos en realidad, fuimos una familia”-añade con respecto a Paulo Dybala, Renzo Saravia y Matías Suárez-.“Hasta vino gente de mi pueblo a hacerme el aguante, familiares y amigos. Uno no toma dimensión de las cosas, hay que tener los pies en la tierra siempre. Creo que cuando llegue a mi casa, ponga la cabeza en la almohada y mire al techo recién voy a entender bien qué fue lo que me tocó vivir. Estoy muy contento”.

– ¿Cómo será tu recibimiento en Ordóñez? ¿Algún permitido?

– Con un asado, como debe ser (risas). Es mi permitido pero te juro que lo voy a comer con responsabilidad. Sera un festín de bienvenida y nada más. Dentro de este mundo que me tocó vivir hay que cuidarse con las comidas si uno quiere seguir soñando con llegar lejos. Lo disfruto enormemente. Además, ya me tengo que sumar a la pretemporada e Newell’s. Aproveché el momento para crecer, para aprender de los mejores del mundo y ahora tengo que incorporarlo en mi juego. Estoy soñando y no me doy cuenta”.

Fuente: La Nueva Mañana